Viña Ijalba, una bodega que desde sus inicios sorprendió por la singularidad de sus presentaciones (diseño de etiquetas y envase), continua su evolución con un nuevo cambio en la imágen de sus vinos, demostrando que la innovación forma parte indisoluble de su filosofía de trabajo, de su ADN empresarial. “Creemos que ha llegado un momento de cambio, en el que necesitamos reflejar la madurez adquirida por nuestra bodega. Una renovación que representa un punto de inflexión para la bodega”. Así lo ha explicado Cristina Gutiérrez, tercera generación de la familia al frente de Viña Ijalba.

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