Cuando se visita una bodega lo primero que uno percibe son unas sensaciones que difieren mucho entre una bodega y otra. Estas sensaciones tal vez se produzcan por el concepto preestablecido y por el prestigio y fama que arrastra.

La primera vez que visité Arzuaga me produjo la misma sensación que las siguientes en las que incluso me hospedé allí. Un respeto y reconocimiento a una de las bodegas que más han prestigiado a la Ribera del Duero y una concepción de vinos que siempre ha sido la misma, aunque entre visita y visita se hayan producido cambios en el equipo de enólogos. Un Arzuaga es un Arzuaga. Sinónimo de calidad y de Ribera del Duero.

Florentino Arzuaga se interesó por esta comarca prácticamente de casualidad. En su día le ofrecieron una enorme finca de caza y tras fructíferas negociaciones finalmente adquirió esas 1.500 hectáreas, en donde también se percató que tenía ante sí unas tierras aptas para elaborar un gran vino. Así que a comienzos de los 90 se fundó Bodegas Arzuaga-Navarro tras comprar la Finca La Planta, un lugar en donde conviven la flora (pinos, encinas y sabinas) junto a una fauna en la que jabalíes y ciervos deambulan en casi estas 1.500 hectáreas.

Posteriormente, gracias a su afición al vino, 150 hectáreas de viñedo, bodegas y vinos caracterizados por su estructura y elegancia ocuparon una buena parte del trabajo de la finca hasta convertirse en una de las bodegas más representativas de la D.O. Ribera Duero. A día de hoy 150 hectáreas de viñedo de más de 20 años de media se encuentran concentradas entre la Finca La Planta y los alrededores de la bodega situada a pie de la carretera N-122, considerada en este tramo como la milla de oro de las bodegas de Ribera de Duero dada la concentración de las mismas como Vega Sicilia, Viña Mayor, Protos, Matarromera, Pesquera y por supuesto Arzuaga.

El concepto de calidad ha primado siempre en esta bodega. Una de las razones por las que su rendimiento siempre haya sido pequeño. Tan solo 4.000 kilos por hectárea de las variedades Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot y algo de Chardonnay y Pinot Noir. No obstante, para determinados vinos se compra uva de viticultores concertados para garantizar la demanda.

Esta familia tan emprendedora siempre ha estado ligada a inversiones inmobiliarias dentro del sector del turismo, en donde poseen también muchos conocimientos empresariales en las Islas Canarias fundamentalmente. De esta experiencia viene la construcción de un hotel 5 estrellas gran lujo dentro de la bodega en donde el spa con vinoterapia configura una de las ofertas más atractivas de la zona.

Volviendo al mundo del vino, una de sus últimas referencias se produjo el año pasado con la aparición de su primer rosado. Rosae Arzuaga, que tras su lanzamiento se quedaron en tan solo dos meses sin unidades. Ahora con la añada 2016 veremos afianzada esta referencia, que tan exitosa fue su puesta en escena.

La Planta 2015 añada de reciente aparición en el mercado supone el asentamiento de este vino en donde podemos afirmar que ésta es la mejor que ha tenido. Otras marcas como Arzuaga crianza, reserva, reserva especial y gran reserva siguen marcando las pautas de esta bodega fiel reflejo de la máxima calidad, que se espera de los vinos de la Ribera Duero.
Finalmente un crianza ecológico culmina esta extensa y razonable gama de vinos en esta comarca vitivinícola, que viene aparejada con un vino de pago como Pago Florentino elaborado en otra finca de Castilla La Mancha, al igual que sus aceites de oliva virgen extra monovarietales de Arbequina y Cornicabra.

Con esta estructura firmemente equilibrada en diversos bloques, viticultura, hotelero y explotación ganadera, el enoturismo era y es otra de las piezas fundamentales en el negocio y desde luego atractivo no le falta.

Bodegas Arzuaga
Ctra. N-122 Km. 325
47350 Quintanilla de Onésimo (Valladolid)

R.G.Q.

DEJA UNA RESPUESTA

Introduzca su cometnario
Por favor, ponga su nombre aquí