El suelo, la albariza peón fundamental del inicio de los grandes vinos de soleras de Bodegas Alvear junto a los denominados “vinos de la aristocracia”. Los Tokaj húngaros se dieron cita en un marco tan apropiado como las instalaciones de Bodegas Alvear, pero como manifestó Fernando Giménez Alvear, 8ª generación de esta bodega de Montilla Moriles, “No es una cata de competencia”.

Efectivamente que no lo fué. Tanto el enólogo de Alvear, Bernardo Lucena como Rafael Alonso, ex director comercial de Vega Sicilia y máximo responsable en su día del montaje de la bodega Oremus en Tokaj del grupo español. Los dos manifestaron, que nos encontrábamos ante un encuentro en que cada vino se expresaba con su propia personalidad.

Empezamos analizando y degustando un vino húngaro 100% Furmint el Király dulo 2015 de Erzábet Pince con el 3 Miradas Vino de pueblo de Alvear. Un medio rosado de ensamblaje de distintas parcelas de calidad superior de Montilla y cepas de más de 40 años. Luego la réplica en los vinos dulces llegón con el Pedro Ximénes de añada 2015 y el tokaj húngaro Disznóko Aszú 6 Puttonyos 2008.

Si Luis XIV de Francia dijo que los Tokaj es el vino de los dioses, los árabes consideraban a los Pedro Ximénez de Córdoba el único vino sagrado compatible con su religión, pues era la mejor “medicina” contra las tristezas. Sea como fuera, lo cierto es que encuentros como éste son los que ennoblecen al vino y crean prestigio.

 

R.G.Q.

DEJA UNA RESPUESTA

Introduzca su cometnario
Por favor, ponga su nombre aquí