Hay momentos en la vida en los que hay que arriesgar y tomar decisiones, cuyo resultado es una total incertidumbre. En Bodegas Emilio Moro, con más de 100 años de historia vitivinícola tienen claro, que el riesgo está más que justificado, cuando se trata de dar pasos hacia delante llevados por la pasión, que sienten por el vino.
Cada decisión tomada desde que, hace ya tres años, Javier Moro y Patricia Sánchez Moro, miembros de la tercera y cuarta generación respectivamente, asumieron los roles de presidente y directora general, los ha llevado hasta este momento. La bodega, con sedes en Ribera del Duero y en El Bierzo, está viviendo una situación muy favorecedora tanto a nivel económico, como a nivel de marca.
Bodegas Emilio Moro cierra el ejercicio 2024 con un crecimiento de su cifra de negocio del 7,86% respecto al año anterior. En un entorno marcado por la incertidumbre económica global, la bodega ha demostrado una capacidad de adaptación sobresaliente. Con presencia en más de 70 países, las exportaciones ya suponen el 25% de las ventas de la compañía.
El enoturismo también ha registrado una evolución positiva, con más de 15.000 visitantes durante 2024, lo que supone un incremento del 17% respecto al año anterior.