La Arbequina es una variedad de aceituna principalmente dedicada para la elaboración de aceites de oliva virgen extra enrraizada en Palestina, y dado su carácter mediterráneo en el siglo XVII la duquesa de Cardona la introdujo en España en el municipio de Arbeca (posiblemente de ahí su nombre) en la provincia de Lérida.
La poca estabilidad de este aceite invita a un consumo más rápido. De no mucho más de un año desde su “puesta en escena”; de ahí que no se envasen en formatos de más de 500 ml. Eso no impide a que gracias a sus características morfológicas: aromático, dulzón, afrutado, con notas de manzana verde, almendras y suave (escaso amargor y picor típico de otras variedades) estemos ante un aceite virgen extra de una calidad excepcional, como este Clos de Lôm Arbequina, elevado a la categoría de los aceites premiuns, que por fortuna podemos disfrutar.
Efectivamente, esta finca situada en Fontanars del Alforins (Valencia) con olivares cuya edad media tiene 25 años es propiedad de la familia Serratosa. Una apuesta decidida por la calidad, como lo demuestra el escaso rendimiento de su masa de olivar, que no sobrepasa los 15 kilos de aceituna por árbol.
De color verde cristalino y limpio, Clos de Lôm Arbequina refleja unos aromas citrinos, notas frutales como manzana y plátano, matices de tomateras y hierba fresca. Su sabor es elegante, con buena intensidad grasa, complejo y profunda personalidad, que lo hacen imprescindible para potenciar una buena ensalada, pescados al horno, sobre todo a la sal, como carnes a la brasa.
Un aceite virgen extra gourmet enfocado principalmente para aquellos sibaritas de la gastronomía, que no renuncia a ningún ingrediente, que eleve a los altares un buen plato. No obstante, disfrutar de Clos de Lôm con una buena carta de panes puede ser algo sublime.
Ricardo G.